Hace unos días atrás escuche a dos tipos en el vestidor de un gimnasio de elite de nuestro país hablar sobre sus esposas, sobre lo exigentes que se habían puesto a través de los años en todos los aspectos de la vida diaria y en especial, y creo que era donde mas le dolía a uno de estos, en asuntos sentimentales a la hora de tener un coito con su pareja.
Y uno de estos señores decía algo así como lo que sigue: “En la noche de ayer llegué a mi casa estropeado por todo el trabajo del día, me bañé y luego de retirarnos mi esposa y yo a la habitación nos pusimos a ver la televisión. Luego de un rato le di un beso y por ahí seguimos. Cuando teníamos alrededor de 45 o 50 minutos en preliminares ya en ese momento yo quería pasar al siguiente nivel, entonces ella comenzó a besarme y me sentí extasiado. Inmediatamente quería pasar a consumar el coito y en ese preciso momento ella me detuvo, me dijo que por eso es que ella se incomoda conmigo porque siempre es lo mismo, que inmediatamente quiero senos y lo de abajo y ella se queda sin disfrutar.”
En ese momento me retire del vestidor pensando que aunque parecían medios “riquillonarios” estos tipos sufren de la misma enfermedad que yo: “rapiditis”, cuando nuestras compañeras de vida padecen de “lentitis”. Al parecer cuando el Creador estaba fabricando estos dos modelos se retiró un momento y dejó que algún principiante hiciera los ajustes de lugar, ya que aunque parezcan iguales en la mecánica estos dos vehículos son muy pero muy diferentes.
Creo que en definitiva es cierto que las mujeres son de Venus y los hombres de Marte.
Como decía Tres Patines: “Que cosa mas grande chico”
TheStarving Predator
Viernes 7 de mayo del 2010.
No hay comentarios:
Publicar un comentario