miércoles, 4 de abril de 2012

El Gato Amarillo



Martes 3 de abril del 2012, Martes Santo.  Llegamos a la casa pasadas las 10 de la noche.  Todo el cansancio del día de trabajo esto junto con el stress de manejar con tapones.  A veces creo que todos los agentes de la AMET que ponen en la esquina de la Av. 27 de Febrero con calle Federico Henríquez y Carvajal (esquina donde se encuentran Aro & Pedal, Ulerio Motors y Centro de Otorrinolaringología y Especialidades) debieran hacerles una evaluación psicológica, para medir su nivel de raciocinio en una esquina donde el darle 3, 4, 5 o 10 minutos de más a la 27 provoca que el tapón llegue hasta la Canoabo y hasta a veces a la misma Av. Bolívar, pero en su poco intelecto estos creen que “se la están comiendo” porque están dándole mayor tiempo de paso a los vehículos de esa importante arteria, pero esto es otra historia.

Volvamos al gato.

Al abrir nuestro apartamento se oyen los quejidos inconsolables de un gato; se oyen tan, pero tan cerca que les digo a mi esposa e hijos que revisen para ver si es que este fenomenal animal se encuentra dentro de la casa.  Por suerte está fuera entre una de las ventanas de mi habitación y los hierros de protección de la misma.  Como veo la actitud del espécimen de acceder por la ventana a mi habitación, le pido a mi esposa que cierre completamente las ventanas.  Pienso en una forma de ahuyentar al animal sin hacerle daño y pienso: “a los gatos no les gusta el agua, seguro que si lo mojo se irá”, entonces me dirijo a la cocina y tomo un vaso bien grande y lo llego del preciado líquido, vuelvo a la habitación y abro, solo un poco, la ventana de arriba donde esta el gato para que el agua lo moje, pero oh sorpresa, el minino aguanta su baño no programado sin inmutarse lo que comienza a enervar mi paciencia que ya está agotada de por si por el cansancio que traigo encima.

Al poco rato veo que comienza a secarse el agua usando su lengua y pienso: “esto parece que va para largo”.  Los niños están exaltados y los mando a acostar.  Yo hago lo propio y prendo la TV para ver noticias deportivas, estoy muy cansado para ver una película de 2 horas, cuando acabo hace menos de una hora de salir del cine ISSFA (antiguo ISSFAPOL).  En menos de 10 minutos decido que es hora de dormir, el cansancio del día se impone.  A todo esto el bendito gato sigue maullando.  Me logro dormir.

A eso de las 12 de la medianoche me despierta el sonido que hace el felino contra las celosías de vidrio de las ventanas y veo que se baja de las mismas; “por fin ya se fue”, pero no, solo bajo para moverse hacia el otro lado de la habitación, por donde están los tanques de gas a seguir cantando de dicho lado del edificio.

Y así siguió cantando el “moggy”, como comúnmente le dicen a los gatos mestizos en Reino Unido durante toda la noche, despertándome nuevamente a las 2:35AM, a las 3:30AM y a las 4:18AM hasta que logró a eso de las 5:10AM saltar desde los hierros de mis ventanas del lado oeste de mi edificio hasta los hierros de la ventana del apartamento del segundo piso.

Y este episodio aparte de querer cometer un felinocidio en la mañana si amanecía allí y me hacía salir al pasillo a sacarlo de las ventanas, que pensé que muchas otras personas en este mundo no tienen una cama, un techo, un espacio donde descansar en las noches y yo si lo tengo.  De verdad que Dios me ha bendecido.  Al final, la ocurrencia del gato amarillo no fue más que un hecho que al parecer ocurrió para que yo practicara la humildad y benevolencia hacia el Señor Gato en esta Semana Santa.

TheStarvingPredator
Miércoles 4 de Abril del 2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario