sábado, 24 de abril de 2010

El ultimo adiós para tía Deómeda

Ayer jueves 22 de abril, después de salir corriendo del trabajo a las 2:15 de la tarde, ya que había quedado de recoger a Cristina de dos a dos y media, nos dirigimos a la Funeraria Blandino de la Av. Abraham Lincoln. Hacia un calor estrepitoso, asfixiante. Al llegar le digo que no voy a entrar con ella, pero al ir subiendo las escaleras nos encontramos a tío José, uno de mis tíos abuelos paternos y esposo de la fallecida, y nos dice “estaba preguntando por qué ustedes no habían llegado, ¿y Chander?” a lo que le contestamos que venía en camino. Tío se disculpó y dijo que iba al baño, luego de subir nos encontramos a tía Silene, nos dice que Chander ya viene en camino, procedemos a firmar el libro de la familia y entramos a la capilla A. Allí la tristeza flotaba en el ambiente. Cristina fue a saludar, yo me quedé en la última fila a la izquierda, luego me moví a los bancos de la derecha donde tía Lidia y Elaine, no quería estar solo.

Como siempre no me atreví a ver el féretro, ahora con el cuerpo sin vida de mi tía abuela Deómeda Serena Asiático de Ortega, sus hij@s Ingrid, Jochy y Raquel llorando desconsolados, sus niet@s también. No voy a saludar porque no recuerdo a Ingrid, ni a Jochy, a Raquel si porque de niño íbamos a visitarlos a su casa algunos domingos luego de ir a misa. Por un momento viene a mi memoria como extraño esos días cuando tío José, el ingeniero, y su inseparable esposa Deómeda visitaban nuestra casa o cuando había reuniones en casa de mis abuelos, siempre me gustaba sentarme a escuchar las exposiciones y discusiones de los adultos, de historia mundial o nacional, de política, de deportes o lo que fuere, si estaban tío José y tía Deómeda sería un día espectacular.

Vuelvo a aterrizar mis pensamientos en la capilla A, hacía un rato cuando llegué vi un piano en la butaca donde me senté al llegar, en ese preciso instante entre Amaury Sánchez, productor de obras musicales y se lo lleva, me dice Elaine, mi prima, que durante la misa de cuerpo presente el estuvo tocando y que Robmariel Olea lo acompaño con su melodiosa voz, tía Deómeda no se merecía menos. Al rato llegó tía Yanet, luego entro papi, a lo lejos veo al primo Ariel, personas que entran y que salen.

Luego siguieron llegando familiares y amigos de la familia y de los hijos de la fallecida, entre los que conozco, Leonel Lirio, luego en el cementerio Cristo Redentor, vi además a Roger Zayas Bazán. Tony, un allegado de la familia cantó el Ave Maria de Schubert,

Ave María
Gratia plena Gratia plena
Dominus tecum Dominus tecum
Benedicta tu in mulieribus Benedicta tu en mulieribus
Et benedictus fructus ventris Et benedictus fructus ventris
Tui, Jesus Tui, Jesús
Sancta Maria Sancta Maria
Mater Dei Mater Dei
Ora pro nobis peccatoribus Ora pro nobis peccatoribus
Nunc et in hora mortis nostrae Nunc et in hora mortis nostrae
Amen. Amén.


El esposo de Raquel leyó un escrito donde se recordaba la forma de ser y de vivir de tía Deómeda, de cómo era querida por todos y como se entregaba a los demás. Tío Chiche, el doctor, dijo unas bellas palabras, también habló Tamara, una hermana de la fallecida a la que no conozco y otras personas allegadas. Tristeza en el ambiente. Luego de cerrar el ataúd y de bajarlo a la urna donde reposaría, todos procedimos a tirar las rosas de las coronas sobre el féretro. Luego los obreros colocaron la tapas de cemento y comenzaron a vaciar mas cemento para sellar la tapa, estuvimos ahí parados todo el tiempo con nuestros corazones compungidos, al final de la tarde a eso de las 6 y 45 de la tarde, luego de que colocaron la cruz sobre la tumba nos retiramos.

Un día muy triste para nuestra familia.

Paz a sus restos.

TheStarvingPredator
23 de Abril de 2010

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