Falleció
ayer domingo 4 de diciembre del 2011, Sonia Pierre, persona admirada por unos,
odiada y a veces temida por otros, pero que en realidad fue una ser humano
integral y que defendió durante su vida injusticias, a veces reales, otras
veces no, sufridas por un segmento de la población que vive en la República
Dominicana de origen haitiano.
Yo no soy
quien para juzgar a Sonia. Solo se que
nació aquí, en mi país, de padres haitianos y, que tenía cédula dominicana,
pero que a pesar de esto llegó hasta a demandar al estado dominicano por
maltratos hacia los nacionales haitianos.
Y me pongo a pensar en esta dualidad, ella tenía nacionalidad dominicana
pero, ¿se sentía dominicana o no? Eso no
lo sé, pero se que defendía una causa, aceptada o no por muchos como justa, y
eso es de mucha valía.
¿Que hay
dominicanos que sufren los mismos atropellos que los ciudadanos haitianos que
viven en los bateyes? Si, puede ser, pero ella defendió hasta su último aliento
de vida a su sangre. Y esto es muy loable.
Muchas
veces no estuve de acuerdo con los planteamientos y con las posiciones que ella
tomaba, es decir, yo soy de los que pienso que los haitianos deberían estar en
Haití; si, pero “the big picture” es mucho mas grande que esto. No quiero haitianos “indocumentados” en las
calles. Si acepto que vivan en mi país los que tienen sus permisos de trabajo,
que por cierto mucho que trabajan y trabajan duro, al igual que muchos
dominicanos de la diáspora que viven en Estados Unidos o en Europa y que son
personas de bien que viven fuera para dar un mejor futuro a los suyos. Eso lo
entiendo y lo acepto.
Pero en
fin, Sonia fue una persona que no tuvo miedo de enfrentar sectores poderosos de
nuestro país por una causa que ella sintió justificada, por eso siento que fue
una heroína de la vida nacional. Paz a
sus restos.